Aprender un idioma no es tarea fácil. Mis 20 años de experiencia en el sector lo corroboran. Es una actividad que requiere de constancia y voluntad férrea. No es algo que se pueda hacer ni a corto plazo ni a muy largo plazo. El hecho de aprender un idioma requiere de diferentes habilidades, actitudes y conocimientos.
Pero la pregunta aquí interesante es: ¿Por qué los españoles somos tradicionalmente tan malos en los idiomas, particularmente (pero no exclusivamente) en inglés?
Idioma fuerte a nivel internacional
Desde mi punto de vista hay diferentes factores que contribuyen a esta situación, que aunque parezca un cliché, es bastante cierta. Una de las razones es el idioma materno que compartimos. El español goza de muy buena salud a nivel internacional. Es un idioma fuerte, hablado por millones de personas y aprendido como segunda lengua por tantos otros. Esto puede ser un arma de doble filo. Y es que hablar un idioma fuerte nos puede disuadir a la hora de aprender una segunda lengua, ya que la necesidad no es tan obvia como el que, por ejemplo, habla calmuco (500.000 hablantes) en un pueblo de 20 habitantes. Es decir, hablar un idioma fuerte nos da las herramientas iniciales para comunicarnos con gran parte del mundo pero a la vez nos aleja de la necesidad de aprender una segunda.
Industria de la traducción
Otro factor importante es la gran industria de la traducción y, especialmente, del doblaje que hay en España. En nuestro país contamos con enormes profesionales de la industria del doblaje. Maravillosas voces y oradores que nos embaucan con su dominio del habla. Peeeeero, a la vez nos alejan, una vez más, de la necesidad de consumir contenido en versión original. Ahora sería un cambio de tendencia disruptiva el que hecho de promover el cierre de esta industria para tener que consumir el contenido en VO. Por un lado sería un choque cultural muy fuerte y por otro me quemarían la academia conmigo dentro, y no queremos ninguno de los dos.
El ‘inmediatismo’
El siguiente factor es la industria del inmediatismo (que no sólo afecta a los idiomas): “APRENDA INGLÉS EN 15 DÍAS”, “APRENDA ALEMÁN EN 7 DÍAS”, “APRENDA CHINO EN 2 HORAS”. Cada vez que veo un libro de estos pienso que he tirado 20 años de mi vida, ya que a ese ritmo debería saber ya 486,1 idiomas (lo que calculado, sí). Los milagros no existen y aprender un idioma entra en la categoría no milagrosa.
Llegados a este punto debo hacer alusión al último concepto importante de por qué somos tan malos aprendiendo idiomas, y es que culturalmente generalizando, los españoles no somos constantes ni vemos a muy largo plazo.
En conclusión
Menciono ambos conceptos juntos: inmediatez + culturalmente no constantes, porque es la combinación perfecta para no aprender un idioma, ya que eso requiere de: visión de futuro + constancia. Ahora voy a ir de listo y es que hay que pensar que motivación y la constancia no son los mismo. El primero nos ayudará a arrancar y el segundo nos ayudará a continuar y a acabar.
Después de este texto tan alentador, os animo a aprender con nosotros, ya que sabemos que lo queremos todo pa’ ayer y que además, somos unos vagos. Y esto lo corroboran mis casi 41 años de experiencia.
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